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Narrativa Poesía

Tus libros recomendados de Pispear

Abrimos una invitación a que lectores y lectoras de Pispear nos escriban para pedirnos recomendaciones de libros a partir de la encuesta que armamos. A continuación, compartimos algunos intercambios de pedidos y recomendaciones de libros que figuran en nuestro catálogo:

1
Nos pidieron: Novelas y cuentos de autores contemporáneos de literatura japonesa, argentina, inglesa, norteamericana y rusa.

Recomendamos:

2
Nos pidieron: Novelas de autores contemporáneos de literatura latinoamericana.

Recomendamos:

3
Nos pidieron: Ensayos de autores contemporáneos de literatura argentina, latinoamericana, española y norteamericana

Recomendamos:

4.
Nos pidieron: Poesía de autores contemporáneos de Argentina y Latinoamérica

Recomendamos:

5
Nos pidieron: Novelas clásicas de literatura inglesa y norteamericana.
Recomendamos:

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Literatura Argentina Poesía

Monoimi – Leandro Diego

«Monoimi» de Leandro Diego es un libro atípico, como la época. 93 poemas cuya acción sucede en el Garlic (ajo), un bar más mental que físico, donde habitan personajes como Don Yatel, el Tabunco, Darlith, la gorda Cultura y un “él” que observa todo desde afuera mientras escribe “en su cuaderno Moleskine*”.

A mitad de camino entre el Bar Princesa donde bailaba la Gran Lady redonda y el “Café Bretaña” de Santiago Sylvester, el escenario de “Monoimi” no se compone tanto de una barra, copas y botellas, sino del cruce de tonos y discursos: los soliloquios de esas sombras que se mueven en el bar, cruzando la filosofía con la calle, el zenismo con la publicidad e internet.

Muchas escenas del libro transcurren en la «noche retórica», antes o después de «la elipsis»: hechos que se presumen pero no se cuentan y arman un núcleo de sentido imposible de asir.

Curiosamente, el título del libro refiere a un concepto contrario a la vida pública que pide el bar. Una de las acepciones de monoimi
物忌み es recluirse en el hogar para evitar ambientes impuros. Tal vez solo desde ahí pueda contarse lo que la noche dejó atrás “en la cuadra, en el ghetto, en el barrio”.

#62

voy a poner un bar
había dicho el Tabunco
cuando la hija se le instaló
en la casa;
y cambió de oficio,
de ideología
de fe

un bar sin cultura,
en esta misma cuadra
en el que nada se archive
ni se repita:
un bar
donde las cosas siempre estén pasando y
nada pueda transmitirse

Editado por Años Luz Editora
foto de tapa: Florencia Viadana

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Poesía

Carla Chinski presenta «Canciones de cuna para mi madre»

Carla Chinski (Buenos Aires, 1995) presenta y lee partes de “Canciones de cuna para mi madre”, su primer libro, un poemario tan directo como crudo, tierno en su dureza, con una escena central que se repite con variaciones: la de una hija que vela por la salud de su mamá al pie de la cama en el hospital.

Conmovedor, con un estilo quirúrgico que no le suelta las riendas a la emoción, a través del libro la relación madre e hija se desanda y se desarma a causa de la enfermedad que invierte los roles: es la hija la que brinda cuidados, la que arrulla.

Casi todos los poemas empiezan con el mismo verso, preanuncio del final inminente: “Mi madre no está muerta pero”. Curiosamente, el duelo que se canta es también una prolongación de la vida, al menos en el papel.

Mi madre no está muerta pero
ya no puede caminar.
Pronto le sacarán
la otra cadera también
y en su lugar vendrá
una bola de metal
inserta en el hueso.
Quiero mantener el espacio
que su cuerpo ocupe,
cultivar el pie de su cama
como un jardín budista,
rastrillando las piedras
para calmar el vacío.
Los mecanismos
siguen funcionando,
es una vieja historia:
algo entra, algo se va, y algo queda.
Caminar no es para tontos,
es el acto más delicado
que pueda existir.
En ese acto está la historia
de una persona
o al menos la vida de mi madre:
el cuerpo no quiere levantarse
pero ella no ha terminado,
y en esa paradoja
se encuentra esta noche.

Publicado por Llantén Editorial.  

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Poesía popular argentina, Vicente Luy

por Alejandro Güerri

El título de esta antología personal de Vicente Luy (1961-2012) tiene el poder de síntesis de una frase escrita para buscadores. Con poemas de sus libros publicados hasta 2008 y algunos inéditos, el escritor cordobés delimitó el territorio y el alcance de su poética, lo que te vas a encontrar si buceás en sus versos: “Poesía popular argentina”.

✍Poesía porque conoce el paño. Se mueve cómodo entre líneas cortas, muy cortas y muy largas. Maneja tonos y estilos distintos. Atenta contra el sentido común. Rompe lo formal de las reglas. Y remata sin miramientos cuando le queda flotando frente a la red. 

⚽ “Popular” porque nombra personajes de la política, el fútbol y la farándula de la época. Uno de sus libros se llamó “Vicente le habla al pueblo”. Religión y sexualidad están presentes como conflicto y anhelo: Dios y porno, trascendencia y chabacanería.  Tiene poemas directos como un grafiti, un chiste o un eslogan. Cruel y sensible como Arlt. Dejó estribillos virales. 

🇦🇷 “Argentina” porque (salvo excepciones) habla de vos y a destinatarios concretos como Olga, el flaco Silva, Tere, el negro Cros. Pesca las palabras que se dicen en la calle y en las charlas y las trae a poemas donde se “matea”. Tiene algo de pendenciero y díscolo (a veces arrepentido). Hace un culto de su gente y su geografía.

“Poesía popular argentina” es también un legado: lo que deja una voz que se incendia rápido. Su último libro en vida. En la edición de Añosluz Editora se destacan las páginas negras con ilustraciones y tipografía en blanco para ciertos poemas, el dossier de fotos final donde se le ven la cara y las expresiones a Luy.

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Poesía

Una posición propia, de Graciela Cros

por Alejandro Güerri

Conceptualmente adelantado a su tiempo, «Una posición propia” de Graciela Cros son 3 libros en uno. Las dos series de poemas, “Geishas” (1996) y “Siete ángeles españoles” (1999), y las prosas poéticas de “Cantos de la Gaviota Cocinera” (2005).

En el primero habla la voz de una madama experimentada que le recomienda a una geisha joven (o ilusa): “rompe con el mandato” de complacer al amante. En el segundo se puede seguir el deslumbramiento amoroso, el furor y el declive de una relación, a través de poemas que siempre incluyen como nota al pie una cita de escritoras (o personajes femeninos) que trazan una identificación con el devenir de la historia y permiten leer una genealogía: Silvina Ocampo, Idea Vilariño, Katherine Mansfield, Molly Bloom, entre otras. En relación a los otros dos, “Cantos de la Gaviota Cocinera” rompe con los versos cortos y pasa a unas prosas concisas, por momentos confesionales, que empiezan “Soy una dama…”. De uno de estos fragmentos sale la frase que da título al libro.

Por su carácter narrativo y lo filoso de sus versos, “Una posición propia” es ideal para sumergirse en ese género al que tantos le temen o rehúyen: la poesía. 

VI

Sin fuerzas ya
la geisha obediente
se esconde a dormir
entre las altas hierbas
y no puede.

Esos trabajos
que te impones, le digo.
Esos esfuerzos
que haces
para el placer ajeno,
no te dejan soñar.
Terminan
con tus aves.
Dan razón
a la muerte.

Vuélvete ya
contra ti misma. 

Rompe con el mandato:

Prende fuego a tu traje.