Los trapos es un proyecto rizomático: parte de una base, una idea que se va ramificando hacia diferentes direcciones que no se guían por una jerarquía y en donde cada elemento incide y nutre a los otros elementos del conjunto formando un organismo sumamente estético y profundo, pero sobre todo palpable, existente.
Esta revista de literatura y fotografía surge como idea durante la pandemia del 2020 y toma forma recién en 2021. Detrás de cada número hay una gran cantidad de colaboradores, artistas, escritores y fotógrafos que aportan sus proyectos e ideas para hacer de la revista algo nuevo, un objeto más dentro de un mundo atiborrado de objetos que pretenden embellecerlo y nutrirlo.
Hoy les compartimos la charla que tuvimos con sus integrantes, donde nos cuentan un poco sobre el origen de la revista, sus intereses y más:
¿Quiénes son las personas detrás del proyecto? (más allá de las múltiples colaboraciones) ¿Cómo nace la idea de encarar una revista literaria?
Detrás de Los trapos están Josefina Charadía, Joaquin Cruzalegui y Mariano Balzano. Esos son Los trapos, pero ciertamente la revista la hacen todxs aquellxs que colaboran con sus trabajos, que participan como lectores, que aguantan. La idea de la revista surge en el 2020, en pandemia, pero ve la luz en marzo del 2021. Podemos decir que sigue naciendo a cada rato, que sigue intentando ampliar el marco, o por lo menos que los que estamos lo hacemos por y para la revista. Nace de la necesidad de que pasen cosas, de circular y reunirse y de ampliar voces.
¿Qué es lo que les llama la atención a la hora de incluir o no un texto, un poema, un ensayo o una fotografía? ¿Cómo funciona el proceso de selección?
En un principio pedíamos textos y/o fotografías puntuales. En estos meses decidimos trabajar con disparadores que nos llevan a buscar y cruzar artistas. También ocurre que nos llegan trabajos, nos los acercan, y si nos parece que funcionan con Los trapos le damos para adelante. Pasa de manera muy intuitiva muchas veces y aparecen cruces muy interesantes entre los textos y las fotografías que nos llegan. Esto se puede ver en algunas entregas específicas como los poemarios “Intervalo a la sombra” o “Bajo un cielo en llamas” pero en general, buscamos que esos cruces se den siempre.
¿Qué tiene que tener a nivel estético el material que difunde la revista?
Nada en particular más que convocarnos, o hasta muchas veces convocar a la revista que ya tiene su vida propia. No consideramos a la estética en niveles, sino más bien en apariencias y pareceres.
En los últimos años todo comenzó a digitalizarse mucho más, ni hablar de las publicaciones periódicas como revistas, diarios, etc. Si bien se manejan en formato digital ¿Creen que apostar por el formato impreso es una forma de resistencia?
Creemos que apostar por lo impreso es una forma muy linda de reunión y trabajo, de atención, de molestia necesaria. Resistencia no sabemos, es el camino que nos interesa. Lo virtual no existe, y el papel es efímero. Resistir al olvido sería muy terco; es una forma de acompañarnos, digámoslo así.
¿Cuál es la magia que tiene lo impreso frente a lo digital?
Que existe. Que está presente. Que corre el riesgo (y la condena) de desaparecer. Que se parece tanto a nosotrxs. Que se pierde y se encuentra. Lo digital es fantástico también, no sabemos si existe, pero está avalado, lo que sí existe es su consumo. Por eso lo hacemos; muchas de las personas con las que hoy tenemos relación de encuentros, desde una cena hasta compartir días de feria, primero las conocimos de manera virtual, entonces ese valor es cierto. Lo que nos parece (por eso a los pocos meses de iniciar virtualmente decidimos pasar -también- al papel) es que lo virtual, por sí solo, pierde consistencia.
¿Cuáles son las mayores influencias musicales y literarias que los inspiran?
Nos inspira todo aquello que se desprende de la vida cotidiana. La radio y los libros de las baratas o los que llegan prestados. El cine es un gran inspirador.